domingo, 23 de enero de 2011

Orsai

(Este texto está escrito para Hernán Casciari porque es el que más conozco, aunque no lo conozca, pero cualquiera que haya participado en la Revista Orsai puede tomárselo como personal)

Ay, Gordo, Gordo. Tanto estar en contra de que los textos en carne y hueso (perdón, en papel y tinta) dejen de imitar a internet, y te mandás semejante revista. Quiero que sepas, Hernán, que acabás de fundar la Wikipedia Literaria.

Yo soy extremadamente viciosa cuando se trata de saber algo. Tan así, que capaz entro a Wikipedia a ver qué corno es un taxón monofilético y termino informándome sobre el Campeonato Mundial de Hockey sobre Hierba Masculino de 1994. Por querer saber más, por ir de link en link. Y eso está perfecto cuando uno tiene tiempo libre, pero te quiero ver investigando los trabajos previos de todo el elenco de Doctor House a tres días de rendir un mensaje. Es estresante.

Una revista no te hace eso. A lo sumo te hace ir al cine por una buena crítica, o te hace perder el tiempo con los sudokus. La tuya me cagó la vida. En este mismísimo momento tengo abiertos tres blogs de gente que participó en Orsai, me estoy bajando Mad Men, estoy tratando de pensar por qué artículo empezar para comentar online y tengo la necesidad urgente de conseguir más literatura escrita por Nick Hornby. Es como tratar de leerse Wikipedia en una tarde. Y todo mientras afuera hay un sol imposible, y estás de vacaciones, y tenés amigos que te dicen de salir.

¿Qué es mejor, mates en la plaza o escribir sobre la admiración que me produjo Albert Casals? ¿Pasarse la noche en un boliche, cagado de calor, o devorándose un posteo tras otro de Pedro Mairal con el aire en 24? ¿Visitar a mi sobrino, que tiene tres meses y no caza una, o buscar las recomendaciones de Natalia Méndez para que cuando sí entienda se le contagie esta adicción, tan linda y tan molesta a la vez? Me la complicaste mucho, Hernán.

Lo peor de todo es que sé que muchos no tienen esta contradicción. Se juntan a leer con los amigos y listo, qué tanto. No te das una idea de la envidia que me da. Mis amigos gracias si leen el horóscopo, o las instrucciones de atrás del paquete de arroz. Tengo una amiga que hasta es fanática de Crepúsculo. No me sale hablarle de Henry Darger y sus niñas con micropene a una persona que sólo disfruta de leer sobre vampiros enamorados que brillan a la luz del sol.

Así que nada, eso: por tu culpa me volví una sociópata más. Y lo que más me aterra es que después del número uno viene el dos. Y más tarde, el tres. Y si seguís manteniendo esa calidad bestial, no me va a alcanzar el tiempo para alimentarme de todos los autores de los que me quiero (y voy a querer) alimentar. Gracias Hernán, muchas gracias.